Me convidabas de tus noches estrelladas
aquellas horas insolentemente tuyas…
derramando un pedazo de la luna
entre un beso que arañaba la locura
A veces…al cerrar tus ojos negros…
yo podía contemplarte en tu silencio,
y aprendí a amarte como aquellos crisantemos
que aprendieron a brotar en los inviernos…
Incesante… como el canto de las aves…
he llegado a escucharte en pleno vuelo,
justo en ese paraíso de los sueños…
donde puedo adormecerme entre tus besos
Quién podría renunciar a tus miradas
que parecen abarcar al mundo entero…
si acaricias con tus lágrimas la vida
si has llorado al saber que yo te quiero…!
Indelebles… son tus manos por mis sendas,
que han forjado un camino al infinito,
con sentidos que jamás he conocido…
solamente vida mía… allí contigo…
No te apartes corazón de lo que siento,
ni me dejes…amor mío en el recuerdo…
porque yo traigo el rocío entre mis manos
y esa eterna primavera de adorarnos!
Eileen
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