
Entre los ríos de sangre de mi pueblo me he dolido,
mirando la desesperanza de su gente…
de todos los cautivos que han visto sin consuelo
la muerte que alcanzó a los inocentes…
Los valles de violencia que llegan a la puerta
y tocan sin mediar palabra alguna…
las armas en las manos de aquellos despiadados,
que juegan con la muerte y con la vida…
Sin duda que en la lucha de huestes y miserias
...debemos levantar una plegaria…
unamos nuestras fuerzas al menos con el alma,
y roguemos por la paz de nuestra tierra!
Señor quiebra en tus manos la fuerza del malvado,
y llega a destruirle sus caminos…
y ciñe entre los justos la espada de victoria
que logre combatir a los impíos!
Eileen
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